Molino Restaurado de Nogar

Un testimonio vivo del pasado

El molino restaurado de Nogar es una ventana al pasado, una muestra tangible de cómo la gente de la comarca de Cabrera utilizaba la fuerza del agua para moler el grano. Este molino, que sigue el modelo del molino de rodezno o rodete (rueda horizontal), es una joya de la arquitectura industrial tradicional de la región. A diferencia de los molinos de aceña, que usan una rueda vertical, el molino de rodezno se caracteriza por su diseño eficiente y su adaptabilidad a los cursos de agua locales.

 

El molino consta de tres partes principales: la acequia o canal, el pozo o cubo y la bóveda o cárcavo. La acequia, alimentada por una alberca o azud, asegura un flujo constante de agua hacia el molino, donde el cubo actúa como un depósito que acumula el agua para liberarla con fuerza a través del cárcavo. Esta liberación impulsa la rueda horizontal, permitiendo que las muelas (piedras de molino) giren a unas 120 revoluciones por minuto. Es notable que todos los molinos de este tipo en la comarca son levógiros, es decir, giran en sentido antihorario. Tras cumplir su función, el agua sale por el socaz, volviendo al cauce natural del río o arroyo.

 

La restauración de este molino, ahora bajo la titularidad de la Junta Vecinal, no solo ha conservado su estructura, sino que también ha revitalizado su funcionamiento, convirtiéndolo en un atractivo turístico y un recordatorio del ingenio de los habitantes de la región. Visitarlo es una oportunidad para comprender mejor las técnicas de producción que sostuvieron la economía local durante siglos.

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