Los Canales Romanos de Castrillo de Cabrera
La comarca de La Cabrera, en León, alberga una de las redes de canales romanos más impresionantes de la antigüedad. Estos canales fueron construidos por los romanos para abastecer de agua a las minas de oro de Las Médulas, situadas a varios kilómetros de distancia. Los canales, identificados como C-1, C-3 y C-4, son testimonio de la avanzada ingeniería romana y su capacidad para transformar el paisaje y optimizar la explotación de recursos naturales.
Historia y Construcción
Los romanos conquistaron la región del noroeste de la Península Ibérica y pronto se embarcaron en la explotación de oro en Las Médulas. Para ello, construyeron una vasta red de canales que transportaban el agua desde las montañas hasta las minas. Esta red hidráulica, que incluye los canales de Castrillo de Cabrera, alcanzó hasta 600 kilómetros en su totalidad, siendo una de las obras de ingeniería más extensas de la época romana.
El diseño de los canales seguía las curvas de nivel del terreno para mantener una pendiente constante, generalmente en torno al 0.5%, lo que permitía el flujo continuo del agua. Los canales estaban excavados directamente en la roca o construidos sobre muros de mampostería y en algunos casos, atravesaban túneles.
Los Canales de Castrillo de Cabrera
- Canal C-1: Este canal, uno de los más largos, recorrió más de 70 kilómetros. Captaba el agua de los arroyos y ríos locales, incluyendo el río Cabrera, y la dirigía hacia las minas de Las Médulas.
- Canal C-3: Con una longitud de aproximadamente 143 kilómetros, es famoso por su pendiente casi constante de 0.21%, lo que demuestra la precisión y conocimiento técnico de los ingenieros romanos.
- Canal C-4: Este canal, junto con otros menores, completaba la red principal de suministro de agua, captando el agua de las cuencas del Duero y del Sil para asegurar un flujo suficiente hacia las áreas de explotación minera.
Canales entre Odollo y Llamas
Importancia y Conservación
La construcción de estos canales no solo requería una planificación y ejecución precisas, sino también un mantenimiento constante para garantizar su funcionamiento continuo. Los ingenieros romanos, posiblemente asistidos por la Legio VII Gemina, utilizaron herramientas como el chorobates (un nivel gigante de madera) para trazar estos canales con una precisión asombrosa.
Hoy en día, muchas de estas estructuras han sido excavadas y limpiadas, permitiendo a los visitantes recorrer parte de esta antigua red de canales. Senderos y rutas han sido establecidos para que los turistas puedan disfrutar de estos monumentos de ingeniería y de los paisajes naturales que los rodean.
Visitar los canales romanos de Castrillo de Cabrera no solo es una lección de historia, sino también una oportunidad para apreciar la magnificencia del paisaje leonés y la huella perdurable de la ingeniería romana en esta región.